I. Allegro deciso
El Concierto para tuba de Edward Gregson fue compuesto en 1976 por encargo de la Brass Band Federation del Reino Unido y dedicado al tubista John Fletcher, figura emblemática de la London Symphony Orchestra y del Philip Jones Brass Ensemble. Desde su estreno, la obra se ha convertido en uno de los pilares del repertorio concertante para tuba, tanto en su versión con orquesta como en la versión con piano o banda.
El primer movimiento, Allegro deciso, abre la obra con una energía inmediata y decidida. Se trata de un movimiento en forma sonata libre, donde la tuba se presenta no como instrumento cómico o pesado, sino como un verdadero solista virtuoso y expresivo.
Tras una breve introducción orquestal rítmica y afirmativa, la tuba entra con un tema principal enérgico, caracterizado por intervalos amplios, ritmos irregulares y un carácter marcial. Este tema refleja tanto el poder resonante del instrumento como su agilidad sorprendente. Un segundo tema más lírico y cantabile contrasta con el primero, mostrando el registro medio y agudo de la tuba con una línea melódica amplia y cálida.
A lo largo del movimiento, Gregson combina con maestría elementos de la tradición neoclásica británica con un lenguaje armónico moderno y colorido. La escritura orquestal es clara y brillante, permitiendo que el solista destaque sin esfuerzo. La interacción entre la tuba y la orquesta (o el piano, en la versión reducida) es viva y dinámica, con frecuentes intercambios de motivos rítmicos y melódicos.
El movimiento culmina en una coda virtuosa, donde el solista despliega gran destreza técnica antes de una conclusión brillante y afirmativa.